Hoy conocemos un poco más a Francisco de Paula Martínez Vela, miembro de esta familia de impresores, también conocido como tito Paco.
¿Cuál fue el proyecto más emblemático, que recuerdes, de tu época en Marvel?
Lo cierto es que yo no llegué a trabajar nunca en Gráficas Marvel. De pequeño, como toda la familia, ayudé en lo que pude, por lo que mi experiencia en el taller deberíamos circunscribirla al proyecto de recuperación de la imprenta tipográfica que puse en marcha en 2008 con el nombre de Imprenta Artesanal Marvel.
De aquella iniciativa es difícil seleccionar un trabajo de entre todos los que realicé durante los más de diez años que estuve imprimiendo, más si tenemos en cuenta que todos los trabajos que realicé durante esos años fueron proyectos propios.
Los hubo técnicamente complejos y otros algo más cómodos, pero en todos los casos era yo el que me imponía los retos como medio de aprendizaje y de conocer los límites de la imprenta tipográfica que quería hacer.
Pero si tuviera que elegir uno, sin duda me quedaría con el cartel que imprimí a mi hija Elena cuando estaba a punto de ser madre de Sky.
¿Qué crees que distingue a Gráficas Marvel de otras empresas del sector?
Quizás la versatilidad en poder realizar proyectos que otras imprentas, por aquello de la especialización, hace años que dejaron de poder atender.
Me explico, Gráficas Marvel está capacitada tanto para atender encargos de imprenta tipográfica como de digital y eso, la verdad, es que en nuestra comunidad autónoma son pocos los talleres que pueden realizarlo.
Sin duda la vertiente de recuperación artesanal de un oficio es una clara diferencia.
¿Cuál ha sido el mayor obstáculo al que se enfrentó la imprenta?
Siempre desde mi punto de vista y como ya dije sin haber estado directamente implicado en su día a día, el momento más delicado de Gráficas Marvel fue cuando el offset se imponía como sistema de impresión en detrimento de la tipografía.
Además, el cambio de paradigma llevó aparejado la aparición de otro taller de imprenta en Alcalá la Real con maquinarias mejores y más modernas de la que entonces disponía el taller. Sin duda, aquello supuso un antes y un después en Gráficas Marvel.
Esa época, y la llegada a los comercios de la informática, supuso que muchos de los trabajos que hasta entonces se demandaban en un taller de imprenta experimentaran un cambio radical.
Pero tanto de la mano de mi padre primero, como de la de mi hermano después, lo cierto es que Marvel supo adaptarse e ir poco a poco dando respuesta a las nuevas demandas de los clientes.
Según tu experiencia, ¿cómo nos podemos asegurar de que Gráficas Marvel se adhiera a los principios éticos y a los valores que ahora nos importan?
Va a sonar un poco raro: haciendo de esta imprenta un taller de Km 0. Es decir, que el impacto medioambiental que deje sea el menor posible, y los valores que promueva sean sensibles con el medio comercial que le rodea.
Ser una imprenta de cercanía en la que el cliente sienta que es atendido, no desde la frialdad empresarial, sino desde la atención de un comercio de barrio que comparte con el cliente la misma visión comercial de mantenimiento de la actividad en la localidad.
La recuperación de valores artesanales sería sin duda uno de los puntos fuertes de Marvel.
¿Cuáles son tus principales fuentes de motivación y cómo las aplicas a tu trabajo?
En la actualidad, apostando por la preservación de la imprenta tipográfica de su paulatina e irreversible desaparición. No tanto por los valores comerciales que tuvo, que hoy en día carecerían de sentido, sino porque durante más de quinientos años esta técnica supo dar respuesta a la demanda de saber, cultura, conocimiento y necesidades de una sociedad en evolución que necesitaba a la imprenta para avanzar. Sólo por eso es importante preservar esas maquinarias y materiales de la desaparición.
Mi trabajo en la actualidad va en dos direcciones. Por un lado, la conservación y recuperación de antiguas máquinas y tipos de imprentas granadinas ya desaparecidas en las instalaciones que la Diputación de Granada tiene en la Imprenta Provincial. Por otro, desde un proyecto denominado Oficina Tipográfica, a través del cual difundimos la imprenta tipográfica entre escolares y público en general que por su edad no llegaron a conocer esta técnica impresora.
¿Cómo influyó tu experiencia personal y familiar con Gráficas Marvel en el desarrollo de tu vida profesional?
Haber nacido en una casa en la que había una imprenta sin duda marca, aunque solo sea por normalizar olores y ruidos que para los demás resultaban extraños. Crecí rodeado de recortes de papel, de tipos de plomo, de tintas y minervas, ¡qué puedo decir!
Supongo que por eso, cuando me planteé a qué dedicarme profesionalmente, lo de la imprenta no parecía una idea descabellada.
Yo llegué a la imprenta cuando ya había offset. Con este nuevo sistema de impresión me formé, y en él terminé trabajando en la Imprenta de la Diputación de Granada.
Con la perspectiva de los 63 años que ahora tengo, pienso que estaba predestinado a la imprenta desde la cuna, o eso me gustaría pensar.
¿Cómo definirías el éxito empresarial?
Si la pregunta me la haces para saber si desde mi punto de vista Gráficas Marvel ha alcanzado el llamado “éxito empresarial”, pues rotundamente tendría que responder que sí, pues los logros obtenidos desde el pequeño taller de imprenta con el que nació Marvel hasta la actualidad así lo ponen de manifiesto.
Pero claro, lo del éxito empresarial dependerá de lo que cada uno o una de nosotras entienda por “éxito” y me temo que en esto será difícil encontrar una única respuesta.