Estrenamos una sección en la que queremos mostraros la selección de papel sostenible que usamos en nuestro taller. En esta ocasión hablamos sobre el papel de césped.
En la actualidad estamos ante un despertar de la conciencia por el consumo de materiales que sean más amigables con el medio ambiente. Como sabemos, en la fabricación de papel se consume una gran cantidad de agua, por lo que son muy interesantes las propuestas de fabricantes que se preocupan por esto.
Este es el caso del papel de césped, producido en la localidad alemana de Lenningen en la fábrica Scheufelen (fundada en 1855). Está fabricado con un 50% de fibra fresca de césped secada al sol. La otra mitad restante es pulpa de madera, la materia prima utilizada para la gran mayoría de los papeles. No obstante, esta madera está certificada FSC, lo que garantiza un origen de bosques bien manejados y que proporcionan beneficios ambientales, sociales y económicos. Además, el césped utilizado para este papel ha sido plantado en cultivos locales que no se utilizaban anteriormente, situados en los alrededores de la fábrica. De esta manera también se reducen las emisiones de CO2 en el transporte de la materia prima.
Producción del papel de césped (también llamado papel de hierba)
Según datos del propio fabricante, en su producción se consume apenas un litro de agua y aproximadamente 150Kw/h por cada tonelada de hierba. Esto supone un gran ahorro ya que para la pasta tradicional se necesitan unos 6.000 litros de agua por tonelada, y una energía de 6.000Kw/h.
El papel de hierba tiene una baja presencia de sustancias químicas, puesto que a la parte de las fibras de plantas no se le añade nada (aunque en la pasta de madera, el otro 50%, sí que lleva).
Esto lo hace más compostable que otros papeles. Es un papel con certificación FSC e ISEGA, adecuado para muchas aplicaciones gráficas, incluido el envasado de alimentos. Tiene un color entre marroncito y verde donde se puede observar parte de las hebras de fibra. Al tacto, es un papel un poco satinado y guarda un olor muy característico, con reminiscencias campestres. Por ejemplo, Zumo de Montaña es un libro impreso en papel de hierba.
Aplicación del papel de césped en la imprenta
Debido a sus características técnicas, no está recomendado para impresoras de inyección de tinta, si bien las impresoras de tóner lo imprimen perfectamente. También hay que prestar atención al adhesivo que se utiliza para pegarlo. El pegamento de barra no funciona del todo bien, tampoco las pegatinas más normales. Sin embargo, con cola vinílica o adhesivo de doble cara no hay ningún problema.
El futuro de este tipo de papel
Se ha considerado al papel de hierba como unos de los papeles ecológicos del futuro, llegando a ganar en los años 2016 y 2017 el premio a la mejor innovación de empaque sostenible en los Premios Internacionales de Sostenibilidad (The Sustainability Awards).
Lo que sucede con este tipo de productos tan específicos es que muy poquita gente los produce. Desafortunadamente, esta fábrica, principal proveedora para España, se declaró en quiebra en 2018. No obstante y a pesar del cierre, aún queda bastante papel en los almacenes de los distribuidores españoles.
La buena noticia es que la empresa Silphie Paper le ha tomado el relevo. Esta nueva compañía se dedica a desarrollar y producir papel a partir de fibras alternativas en las mismas instalaciones. Si bien no continúa con los mismos procesos del papel de hierba, ha desarrollado otro tipo de papel a partir de fibras de la especie Silphium perfoliatum y otras plantas anuales y perennes. Parece que lo están haciendo bien, puesto que han sido ganadores en la categoría “Nuevo material” en el “Premio Alemán de Embalaje 2020”. Estaremos atentos a que este nuevo papel llegue a España para probarlo. ¿Se convertirá en el sustituto del papel de césped?