Somos una empresa joven nacida en un edificio con 115 años.
Tal y como explica el tipógrafo Emilio José Martínez Vela en una entrevista, en este edificio vivía su familia y fue ahí donde se cuajó el gusanillo emprendedor de esta familia de impresores hace ya casi 60 años, cuando se montara esta imprenta tipográfica en Alcalá la Real (un pueblo al sur de la provincia de Jaén).
Gráficas Marvel se llamó el taller artesanal. Esta imprenta tipográfica no es prima de los famosos cómics estadounidenses –acrónimo de los apellidos familiares MARtínez VELa–, pero sí es madre de Gazpacho de Letras, el negocio papelero de tercera generación que aquí presentamos.
Gazpacho de Letras tiene una denominación de origen inequívoca: es una sopa de productos y servicios que huelen a papel y tinta. Un proyecto fresquito, andaluz y con solera.
Que quede claro uno de nuestros principales valores: Gazpacho de Letras es una empresa joven, un taller artesanal que mira al futuro teniendo en cuenta el pasado, ese en el que no existía lo digital y cuyos papeles físicos eran de enorme valor.
Como los que documentan la creación de Gráficas Marvel. Gracias a un trabajo previo de documentación, con el siguiente vídeo se puede saber, con precisión, la maquinaria y el material tipográfico necesario para poner en marcha una pequeña imprenta en los años 60 del siglo veinte.
Cuánto costó esta imprenta tipográfica
Porque de ahí venimos. De ese papel, que se ha vuelto indestructible gracias al universo digital, surge nuestro logo, un libro que se abre y no se rompe, que se apoya en otra hoja. Florece. Pero que también es imperfecto, como su tipografía, con esas pequeñas hendiduras que representan las imperfecciones características de la impresión tipográfica.
Ese es otro de nuestros pilares: queremos ser sostenibles y aunque con la digitalización se busca la perfección, siempre hay lugar para las taras.